Turismo, hoteles y política de precios

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Durante los últimos días han sido objeto de controversia las aplicaciones de precios en servicios hosteleros, en particular, en el sector de Alojamiento: nuestra Asociación ha comparecido ante los Medios de Comunicación intentando reflejar esta situación en el contexto adecuado, que ahora resumimos:

 

  1. Los precios son libres y son comunicados (anunciados). Desde esta óptica no se deberían haber producido ciertas críticas, aunque existan situaciones que merezcan una reflexión.
  2. Y si alguien no está autorizado para censurar el que en el sector de Alojamiento se haya producido un incremento de los precios – respecto a otras épocas – es precisamente el entorno institucional (Gobierno, AV Competencia, Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral): las empresas cumplen la legislación existente y las fluctuaciones de los precios en el mercado nacen precisamente desde ese concepto.
  3. Desde hace muchos años el precio de infinidad de servicios, con un inventario fijo, lo marca el mercado, es decir la demanda del mismo, por lo que no tiene sentido discutir, rebatir o empeñarse en defender postura alguna. Antes de que se iniciara el Yield Management y posteriormente el Revenue Management, que hoy ya practican la inmensa mayoría de las empresas de servicios, siempre hubo enorme diferencia de precios en “temporada alta”, por la demanda de veraneantes, congresistas o esquiadores. En la Semana Santa de Sevilla, los grandes Congresos de Barcelona, las semanas de la moda o del automóvil en París, Montecarlo y Cerdeña en verano, las tarifas de Hoteles crecen entre un 300 y 400 por ciento, cuando en las temporadas bajas tienen precios ridículos y nadie se queja.
  4. En definitiva, dejar constancia de que esta actuación mercantil, en el sector de Alojamiento, se produce en todas las ciudades con acontecimientos excepcionales: ahora bien, somos tan quijotes que nos flagelamos nosotros mismos de motu propio o a instancias de terceros. Se produce en las líneas aéreas de Low Cost (donde las personas viajan a precios diferentes en porcentajes superiores a lo criticado a los hoteles); sucede (al revés) en las rebajas (un producto rebajado un 70% es decir que, algo que cuesta habitualmente 600 euros, se vende en 180 euros… ¿significa que el resto del año es temporada alta? ¿hay abuso de precios el resto del año?) …; se produce cuando un billete de transporte tiene un precio para el residente y otro para el visitante… y con incremento de tantos por ciento significativos…; incluso sucede en ciertas concesiones de explotación hostelera de instituciones…; y ha sucedido en alojamientos de tercer y cuarto nivel, incluso irregulares…; pero es más fácil atacar a los Hoteles y la Hostelería; y para rematar la AVC a enredar…: ha puesto el listón muy alto… Va a tener trabajo. En fin…

En todo caso reconozco que existe una gran dosis de populismo especialmente fácil de aplicar a nuestro sector.

  1. Por señalar cosas como las descritas, y al intentar transmitir a la AVC que estas situaciones son comunes en empresas de alojamiento, poniendo como ejemplo a cualquier otra ciudad y entre las varias que se nombran la de San Sebastián, con su Festival de Cine, algunos medios de comunicación interpretan que las empresas de Alojamiento de Bilbao o nuestra propia Asociación “abren una guerra territorial” o que pedimos “que Competencia actúe también en Donostia o en Vitoria”. Sin palabras.
  2. Es lógico que exista preocupación en las instituciones ante noticias con un cierto sesgo de alarmismo; y es algo que también existe entre nosotros, la Asociación. Los precios los regulará el mercado, cuando haya acontecimientos y cuando no los haya, pero es cierto que lo que no se pueden producir son situaciones como las de Kiev (y que evidentemente aquí no se han producido): reservar habitaciones hace meses a un precio y anular las reservas la víspera de celebrarse el acontecimiento futbolístico. Esto es perseguible y hasta el propio Gobierno, a través de la oficina del Consumidor, debería actuar defendiendo a los afectados.
  3. Por último, si nuestra Asociación y sus empresas afiliadas han optado por acudir a un Consulting externo es para que el mismo – desde su independencia – formule el informe pertinente y establezca los consejos que oriente a empresas e instituciones.

Los servicios hosteleros

También aquí se han producido críticas, y todo nuestro respeto para el consumidor que así lo hace. Pero para que las instituciones pudieran llegar a juzgar algunas conductas, tendrían que valorar previamente cómo se han comportado o actuado todos aquellos que han explotado concesiones que de forma directa o indirecta esas mismas instituciones han otorgado, y en las que los precios han sido superiores a los de los establecimientos habituales.

En todo caso, hay conductas que desde nuestra responsabilidad de dirigentes y portavoces empresariales debemos divulgar:

  1. Los precios son libres, pero no diferentes según el origen del consumidor.
  2. El hecho de que sean libres está condicionado a que también sean anunciados.
  3. La oferta del servicio y del producto debe responder a criterios de honestidad.
  4. Actuar fuera de este contexto impide una defensa jurídica efectiva, y hasta un respaldo incondicional a esa actuación.

Todos debemos comprender que el objetivo siempre debe ser que el visitante vuelva; todos debemos comprender que algunos acontecimientos especiales sirven para dar a conocer la ciudad, pero que lo importante no es la recaudación de ese día concreto: lo importante, lo verdaderamente importante, es la imagen del Territorio y sus gentes que ese ciudadano se lleve, tanto respecto a las actitudes de las personas que le han atendido, como de los precios de los servicios prestados.

 

Promoción turística

Todo lo anterior intenta responder a comentarios, incluso críticas, que se han producido, desde entornos institucionales; pero también existen las que podamos formular desde la iniciativa privada a determinada situaciones:

  1. La imagen de la ciudad sale muy perjudicada de las pinturas en paredes, fachadas, persianas, y bienes urbanos.
  2. La imagen de la ciudad sale muy perjudicada por la tolerancia hacia conductas que tienen lugar en la vía pública: la venta ambulante – sobre el pavimento urbano – es una pésima imagen de ciudad; y nuestra Gran Vía y algunas calles adyacentes parecen la Avenida de los Menesterosos, con personas sentadas, tumbadas o durmiendo en la calle desde hace años, y esto también perjudica la imagen de la ciudad y, lo que es peor, tiene perfecta solución: los desfavorecidos deben encontrar apoyo en la protección social y, una vez que lo tengan, impedírseles esa conducta. Y los vendedores ambulantes, si tuvieran que existir, deberían hacerlo legalmente y dignificando su venta en alguna zona y siempre, a través de soportes, expositores y nunca en el suelo.
  3. En la calle principal de Bilbao el promedio de manifestaciones puede superar las 150/año y todas ellas con contaminación acústica; y a veces intentan ser más agresivas o incisivas cuando existe algún acontecimiento especial: la ciudad puede disponer – respetando el derecho de manifestación – de otras muchas zonas u opciones para no colapsar permanentemente el centro.
  4. La promoción turística de establecimientos hosteleros debe hacerse de forma selectiva, premiando a aquel que aporta un mejor servicio, entendiendo bajo este concepto el confort y limpieza de sus instalaciones, la atención en idiomas, la calidad de sus servicios hosteleros, la innovación de los mismos y algún que otro factor que al final mejore la oferta. Pero para motivarlos parece que la persuasión puede venir de que la promoción se produzca de forma más intensa para aquellas actividades que se esfuerzan en las líneas apuntadas.
  5. El cierre en festivos constituye un auténtico drama para el visitante, que se puede incrementar con la llegada del AVE: siempre habrá que respetar la libertad de decisión de las empresas, pero lo que no se puede aceptar es que el cierre sea fruto del miedo o temor a las represalias, y menos si éstas pueden provenir de entidades – de todo tipo – que por lo general – por no decir siempre – están subvencionadas con dinero público.
  6. Hace más de una década abogamos porque el espacio izquierdo de la Ría fuera una zona de desarrollo turístico: se perdió esa oportunidad, pero nos queda la opción de revitalizar todo ese entorno, incluido la Ría.
  7. Toda la vida hemos estado con un nivel medio de pernoctaciones inferior a dos noches, aunque en algunas ocasiones lo hemos rozado: conseguir que el promedio de estancias supere el dígito 2, requiere del desarrollo de algún activo turístico nuevo para intentar promover una mayor estancia del visitante en nuestro Territorio.
  8. Por último, un agradecimiento al entorno institucional por el esfuerzo que está haciendo y al que todos intentamos corresponder, aunque en ocasiones se visualicen más las discrepancias que las coincidencias.

 

Ángel T. Gago

Presidente