Vuelve la burra al trigo

Esta expresión se utiliza para expresar hartazgo respecto a algo que se repite numerosas veces y que, en alguna medida, imputa terquedad de una persona o, como en este caso, de representantes políticos en general. Leamos este titular: “Sanidad quiere una Ley estatal para frenar el consumo de alcohol en menores” y, a partir del mismo, unas reflexiones:

Hace 3 ó 4 décadas se podía afirmar (como ahora) que existía permisividad del consumo de alcohol por menores de edad: lejos de buscar soluciones efectivas, siempre el dedo señaló a los establecimientos hosteleros, y nos costó casi 20 años quitar ese San Benito…; luego las señaladas fueron las tiendas de ultramarinos…, luego mendigos o mayores de edad que compraban alcohol para cedérselo a los menores…, y así sucesivamente…; lo que nunca han querido reconocer (los de la burra) es que en nuestra niñez, nuestro padre nos pillaba fumando o bebiendo alcohol, nos daba un cachete para no olvidar y, a partir de ahí, por lo menos parcialmente la situación se reconducía. Si ahora unos padres optan por una reprimenda al menor, tendrán que enfrentarse a la Sociedad Protectora del Niño, a la Asociación de Amigos de los Menores Descarriados…, incluso a la Human Rights… y, desde luego, siempre habrá un juez que exigirá el alejamiento temporal o permanente de los padres de esos vástagos, por haber osado efectuar una reprimenda. ¡País!.

Ahora bien, nuestros políticos volverán a debatir durante meses y meses para consensuar que está mal que el menor fume o beba…, que está mal que un vagabundo o un mayor de edad ponga a su alcance bebidas, pero al mismo tiempo no se olvidará de ir concediendo autorizaciones a lonjas vacías para que estos jóvenes puedan reunirse a beber con suma comodidad, a ser posible para que el coma etílico no les pille en la calle.

Y, en medio, en todas nuestras fiestas populares, los jóvenes iniciarán su consumo alcohólico a los 13 ó 14 años; y en medio, los jóvenes y no tan jóvenes, camparán a sus anchas por parques y calles con sus litronas y botellones…, eso sí, siempre tendremos a los de la burra señalando con el dedo a un establecimiento; y menos mal que ahora se han olvidado de los hosteleros.

¿Tanto hemos pecado para merecernos esto?

Ángel T. Gago

Presidente